Ya que no podemos ir al Cafe Central o a la Sala Galileo
Galilei de Madrid tantas veces como uno querría por cuestiones puramente logísticas; cada vez que viene a
Barcelona, que suele ser por el festival Barna Sants, allí que vamos.
El concierto en la sala LUZ DE GAS. La llenan de
sillas improvisando un teatro. Se está tan apretujado que pasada una hora, se
empiezan a dormir las piernas. El sonido (sin ser un experto) lo considero
bueno, aunque las necesidades que requiere Javier Krahe no son muy complicadas.
Guitarra, bajo, instrumentos de viento y voz quebrada de Javier. Lo importante
es que se le entiende bien, pues esa es la gracia de Javier, sus letras.
Comentar también que una cerveza cuesta 8 euros. Pero
bueno, ya estamos acostumbrados a no quejarnos por nada.
El concierto empezó puntual.
De su último disco toco un par de temas, unos 3
inéditos o aún no publicados y el resto, temas de siempre, aunque intercala
temas románticos, como dice el, que no son excesivamente conocidos ni aplaudidos.
Este tipo de temas creo que se disfrutan más leyendolos como una poesía, que en
canción, aunque el diga que no se considera poeta y que todo lo escribe lo
piensa para ser cantado. El grupo le acompaña perfectamente y se nota como
disfrutan; son el bastón perfecto para Javier.
Ir a un concierto de Krahe, no es ir a escuchar una
sucesión de canciones. Porque la gente también espera a que acabe un tema,
para disfrutar de la charla entre canción y canción. Nos explico un final del
tema EL JETI.
En el video a partir del minuto 5.
Krahe, de la edad de mi padre, tiene la actitud o da
la impresión del tio al que le importa todo un pito, o que ya esta cansado de
esta gente pesada que intenta convencerte de todas esas cosas que necesitas sin
saber que las necesitabas. Cierto es que a esa edad a uno le importa ya poco,
pero leyendo la extensa entrevista de su penúltimo disco, se deja ver que ha
sido una actitud que emprendió hace varias décadas. Yo de mayor quiero ser como
el.
En definitiva uno siempre sale contento, esperando
hasta el próximo año, salvo alguna escapada a Madrid, aunque eché en falta
alguna que otra canción, que con la frescura del concierto suenan muy diferentes
al disco de estudio.