Hace poco en la SEI – ACAI de Barcelona, di una muy breve charla sobre el Opener o juego de apertura. Desafortunadamente la madre tierra no me ha dado una facilidad de palabra que tanto admiro en otros amigos. Por lo tanto me dispongo a dejar por escrito aquello que quise y con seguridad no transmití, con suficiente claridad.
Todo lo que comentaré
sobre el juego de apertura de sesión mágica, ha sido un compendio de diferentes
opiniones que he encontrado de varios autores que iré reflejando, más alguna
reflexión particular.
Haré más hincapié en
aquella situación en la que seguramente muchos de nosotros, aficionados a la
magia, pero no profesionales, nos encontramos a menudo. Perfil de
mago-aficionado que no actúa con asiduidad y que en determinadas circunstancias,
reuniones de amigos o familiares se “tercia” realizar una pequeña rutina
mágica. Situaciones que si no se tienen realmente preparadas, suelen provocar
una pequeña parálisis mental, coger la baraja, extenderlas entre las manos e ir
pensando como un bobo que realizar, con la atenta mirada a tus manos del resto
de espectadores.
Antes de nada, tenemos que
desterrar la idea de improvisar, lo improvisado se lo dejaremos a Dani Daortiz
o Juan Tamariz (o tantos otros), que tiene kilómetros de magia ya recorridos.
Para el resto de los magos amateur mortales, deben tener un número de 30
minutos al menos, totalmente cosido y bien ligado que puedas hacer en cualquier
reunión-comida. Luego uno puede decir que no tiene nada preparado o cualquier
queja típica de maguito amateur, pero esta queja debe formar parte del guión ya gestado.
Como mínimo, el mago
iniciado habrá escuchado por las asociaciones mágicas, que el juego de apertura,
debe ser corto y atrapar la atención del publico. Pero antes tenemos que
tener en cuenta el factor nervios, y
por lo tanto el primer juego debe ser impactante y de ejecución “automático”.
Debe resistir la mirada inquisitorial del espectador, y a su vez debe estar
perfectamente asimilado por nosotros, para que no suponga ninguna dificultad
técnica realizarlo y fluya en nuestro cerebro y cuerpo de forma automático.
Otro aspecto importante es
que con este juego de apertura, será tu tarjeta de presentación y será la primera impresión que el público tendrá de
ti. Son las primeras hojas de un libro, los primeros minutos de una
película. Juan Tamariz, en su último libro, El
Arco Iris Mágico, busca el símil de los primeros instantes en los que
conoces a una persona y la impresión que te llevas de ella.
“[…] la importancia del
primer juego, porque con el te presentas y es la primera impresión.
Un juego que vaya acorde a
tu verdadera personalidad. Un juego que capte la atención del público
rápidamente y con un desenlace rápido cuya técnica debe parecerte fácil, ya que
es el momento en el que estamos más nerviosos. No deben tener acciones
complejas de recordar. De potencia mágica menor a lo que vendrá”. (Vicente
Canuto, cartomagia fundamental. Pág. 326).
En el último libro de Dani Daortiz, Trabajando en casa, hacía referencia a El Arco Iris Mágico, no publicado aun en ese momento, sobre la regla
QQC, en la que el mago, en los primeros minutos y a través de un juego rápido,
debería dejar claro Quién es, Qué hace y Cómo es.
Explicamos un poco más el QQC ó QCQ según especifica Tamariz en su
último libro:
“Quien soy: Yo, el
artista, físicamente, mi forma de hablar, mi voz, mis gestos, […] en mi
relación con los demás, con el público en general.
Que hago: Evidentemente
Magia, pero de que calidad, de qué tipo.
Cómo actúo y presento, mis
movimientos, la decoración, la música que elegí, […] En suma, cuál es el estilo
del espectáculo y cuál el modo de presentar la Magia y hacerla vivir”. (Juan
Tamariz, El Arco Iris Mágico. Pág.414).
“Los primeros quince
minutos. El mago sólo dura quince minutos, después sólo queda la persona. Si al
comienzo hablamos de la regla QQC de Juan, para da a entender en un corto
tiempo quienes somos, no te quepa duda que en 15 minutos, el espectador ya
habrá tenido tiempo suficiente para asimilar todo lo que está sucediendo, y hacer
una valoración.
De Gabi Pareras aprendí
que lo que el mago hace es un reflejo de
los que es. Por eso, debemos aprender a ensayarnos a nosotros mismos.
[…] un buen espectáculo no
se compone de buenos juegos, que también, sino de un buen artista. Si tú eres interesante, tu magia también lo
será”. (Dani Daortiz, Trabajando en casa. Pág. 58).
Pero si todo lo que hemos comentado se pueden considerar unas reglas
bastante sólidas, e inmutables, siempre hay que recordar que en el arte no existen
dogmas y por lo tanto también encontramos excepciones y estilos particulares
que pueden obviar cualquier aspecto de los comentados.
El contexto.
El contexto de vital importancia. Como ejemplo las palabras de Alex Elmsley en las notas de su conferencia de 1975:
“Cuando presenta su número
no empieza con un juego rápido y vistoso, sino más bien con una introducción
agradable, personal y un tanto irónica sobre sí mismo:
“Buenas tardes. Me llamo
Alex Elmsley. No soy mago… todo el rato. De día trabajo con ordenadores. Hay
gente que lo considera magia. De noche invento juegos de cartas”.
Después de esta
presentación es cuando empieza con un juego.
En una situación en la que
hay que conquistar la atención del espectador, seguramente si que habrá que
recurrir a otros métodos, pero cuando el público está “conquistado”, cuando ha
venido a ver magia, su interés inmediato es el propio actuante.
No conviene ignorar el
interés del público por el mago y su personalidad. Ocurre a menudo en la magia
de cerca, donde rápidamente el mago saca las cartas o las monedas y centra la
atención en ellas, relegando al espectador del interés del mago.
Por lo tanto depende del
contexto:
Si te van a ver, es porque
ya tienen alguna referencia, tienes mucho camino recorrido y no será la misma
situación que una magia de calle o en un local donde la gente no sabe que se va
a encontrar un espectáculo de magia o un mago por las mesas”. (Resumen de lo
indicado por Alex Elmsley en Obras completas de Alex Elmsley. Vol. II.
Pág.575).
Recupero la idea de Elmsley: No
ignoremos el interés del público por el mago y su personalidad.
Contexto. No es lo mismo
tener que realizar tu número en la calle, en una situación que la gente no sabe
de tus intenciones y tendrás que luchar por hacer un corro, o en la calle
dentro de un festival de actuaciones callejeras. Un pub, o antro similar donde
la gente desconoce de tu intención de abordarles con un jueguecito de cartas,
mientras ellos intenta ligarse; no es lo mismo un restaurante y magia por las
mesas; cada situación precisa de un enfoque diferente y debes ser consciente de
ello.
Estos aspectos no los
trataré en profundidad, aunque tenemos mucha bibliografía al respecto donde nos
hablan de la magia de calle o la magia de restaurante. Rápidamente reseño las
interesantes notas de conferencia de Donald B. Lehn, La Magia de Calle, o el libro de Miguel Ángel Gea, La Magia de Miguel Ángel Gea, pág. 117,
donde comenta como creó una rutina para situaciones como discotecas o lugares
con la música alta y espectadores que no soben que les gusta la magia; ó el
libro de Eugene Burger, Secretos y misterios, pág. 100, donde explica:
“el
acercamiento, con una buena sonrisa y una
vestimenta adecuada que haga saber que es el mago del local. Con una pregunta
potente de entrada: Soy el mago del restaurante, ¿Les gustaría ver el mejor
juego de magia del siglo XX?”
La situación también puede
ser diferente, por ejemplo el espectáculo de Jorge Blass o Antonio Díaz no
responden perfectamente a lo citado anteriormente. Ambos realizan una previa
algo más larga de lo habitual, similar a lo que explica Elmsley.
Para ir acabando, si tu
contexto es parecido al mío, la reunión en una cena, en una casa, con unos
amigos, en una situación informal, donde subliminalmente introduces el tema de
la magia y te abordan a preguntas incontestables sobre el Mago Pop, pidiéndote
que hagas alguna de sus proezas… con cara de circunstancias dices que ahora no
tienes nada preparado… o quizás… ah… sí!!! Aquí tengo la baraja, lo mismo que
ese mago no puedo hacer, pero quizás algo mejor…
En un contexto de este
tipo se adecua a la perfección lo comentado al principio y ten en cuenta lo que
decía Elmsley; ya tienes un punto ganado, quieren verte. Tu inicio puede ser
una breve charla que te permita situar a la gente en el ambiente mágico que
deseas y te permita sosegar los nervios que afloran. Un juego de magia de
impacto, que puedan ver todos los invitados y consiga atraparlos. Un juego en
que te encuentras tan cómodo como cualquier actividad habitual de tu trabajo
profesional que realizas como un autómata, sin necesidad de pararte a pensar en
el siguiente paso.
Y continua, respira, mira a
tu público, disfruta, vuelve a respirar, permite que participen, trátalos con cariño,
respeto y hazles percibir que los consideras un público inteligente. Ante todo
empatiza.
Ya tendrás mucho ganado,
ahora sólo te falta lo más difícil y lo más importante, saber hacia donde
quieres dirigir tus pasos. De hecho con el primer juego ya deberás definir el
perfil de tu número y aquí quiero hacer mención (y acabar) a un mail que he
recibido recientemente de McBride
Magic, Museletter.
“El trabajo del artista no
es ofrecer al público lo que este quiere. Si la audiencia supiera que es lo que
quiere, no serían el público. Serían los artistas. El trabajo del artista es
ofrecer a tu audiencia lo que necesitan”. Alan Moore. […]
“¿Cuál es el papel de un artista en nuestra
sociedad?
Algo de lo que he estado hablando en estos días son de los
límites de la magia como forma de arte. Algunas personas piensan que la mágico
sirve sólo para entretener - para ayudar a la gente a olvidar sus
preocupaciones. Otros sentimos que el teatro es un lugar para expresar muchas
de nuestras preocupaciones inmediatas. Escucho este debate a menudo entre
artistas jóvenes y veteranos. Muchos de mis estudiantes quieren añadir algo
más, de significado, a su magia, y no quedarse en un mago truquero”. (McBride
Magic, Inc. –mi traducción particular-).
Pero esto es
otro post que espero tratar próximamente y que tanto me interesa y tanto hecho
de menos en la magia; el compromiso social y político en los espectáculo
mágicos.