18 de enero de 2010

Juan Tamariz en el Teatro Poliorama



Teatro Poliorama, jueves 14, 22.15h, probablemente completo.
Comienza puntualmente, suben el telón, y lo primero que me sorprendió gratamente fueron los aplausos que surgieron llenos de admiración, calor y cariño. Unos aplausos que otros artistas sólo consiguen al final de su espectáculo y el ya los tenía antes de comenzar.
El espectáculo en esta ocasión no tiene un descanso, aunque si que está divido en dos partes. En la primera realiza sus habituales juegos de escenario; y substituye el descanso donde se prepara la pantalla, proyector, etc, para hacer la magia de cerca, por un juego muy laaaaaargo. En la segunda parte realiza sus esperados juegos de cartas con la ayuda de una pantalla, para poder ser visto por todo el público. 1 hora y 45 minutos de magia sin parar, que transcurrieron a buen ritmo y no me habría percatado del paso del tiempo sino fuera porque los asientos no eran todo lo confortables que podrían haber sido.

Su actuación está como siempre bañada de humor inteligente pero en determinados momentos, se excede provocando una bajada de atención, que el mismo recalca, avisando que no aprovecha los momentos de humor para hacer ninguna trampa.

En la primera parte realizó parte de sus juegos habituales, donde casi supedita el humor a la magia, a pesar de realizar algún juego excepcional como la carta pensada por una persona de la platea y otra que sube a escenario, donde Tamariz predice la primera carta, la cual tiene guardada en su bolsillo y luego esa carta se transforma (en la propia mano del espectador) en la que pensó la espectadora que colabora en escenario con el. También el ya clásico juego de la carta que "adivina" a distancia. Un espectador llama por teléfono a un amigo o familiar y este piensa una carta. Una carta que adivina en que lugar de la baraja se encuentra sin tocarla.

En el minuto 35 de la actuación, presento a una maga conocida en Colombia, de familia de grandes magos, su actual mujer, y para mi parecer, un número fuera de lugar, que baja el ritmo y la calidad del espectáculo, aunque los efectos los realizó correctamente y solo estuvo 5 minutos. A continuación mostró la carta gigante que cambia de valor 4 veces según gira la carta, un efecto de pizarras espiritistas y la mesa que levita (?)

La segunda fase, magia de cerca con la ayuda de una pantalla. Realizó la carta ambiciosa, firmada por dos espectadores (carta firmada que se pierde por el medio de la baraja y mágicamente sube a la primera posición del mazo) y la triple coincidencia, con lo que acabo con una gran ovación.
 

En definitiva:
Juan es un gran artista. Los magos sabemos que es un gran mago, que dejará y de hecho ya ha dejado su nombre en la historia de la magia. Es un enorme estudioso, creador. Es... único. Además de todo esto tiene la gran virtud de ser un gran comunicador y sus espectáculos te atan con sus hilos desde el primer momento. Te hace reír con buen humor y te hace soñar con su gran magia. Todo ello teniendo en cuenta que salvo un par de juegos en la primera parte, toda los juegos realizados los puedes encontrar en muchas rutinas de otros muchos magos. Como decía un amigo mío que asistió en el día del estreno “está haciendo magia infantil para adultos”. Y no lo dijo con desprecio, sino al contrario. Con juegos sencillos de ejecutar y considerados por muchos magos de poco impacto mágico, el consigue “espantuflar” a los espectadores.
Cuando se sienta y enciende el proyector, a todos se nos iluminan los ojos (incluidos los magos) a la espera de cosas nuevas (para nosotros), pero eso nunca suele llegar en este tipo de espectáculos. Aún así podemos seguir aprendiendo de nuestro profesor.

Yo me marché con un sabor agridulce. Por un lado, me divertí, y reí bastante, pero por otro lado al haberlo visto en bastantes ocasiones, no me sorprendió nada, ya que no hubo nada nuevo (aunque eso ya lo sabía cuando compré las entradas).
A pesar de ello, recomiendo encarecidamente su espectáculo a todo persona que tenga ganas de olvidar la crisis durante un rato y pensar que todo es posible.
 

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