Mi querido colega y amigo, Lluís García Sellarés, fue premiado el pasado 25 de enero con el premio Pablo Doménech. Pablo Doménech fue un reconocido mago Catalán, que dedicó parte de su vida a dar clases, en la SEI (Sociedad Española de Ilusionismo) de Barcelona.
Un premio que no se ha dado todos los años, aunque llevamos varios años en que afortunadamente se ha podido otorgar; como es el caso de Magnolo, Albert Trullols, Eduard Juanola, Koke. Años atrás se ha dado a otros grandes magos, como Gabi, Tino, Alfredo, Amilkar. Me dejo a unos cuantos otros (disculpar mi mala memoria).
Magos a los que se les reconoce su progresión en la magia, magia de cerca, y su aportación a las clases de los lunes.
Este año como ya he indicado nos toca hablar de Lluís García. Podríamos decir que nunca está seguro de hacer lo adecuado; debido en parte a que no para de pensar en como mejorar, y perfeccionar aquello a realizar o realizado. Cuida en gran medida sus charlas, de verbo fluido, conectando rápidamente con el espectador. De aspecto tranquilo, transmite sosiego y tranquilidad, aunque es capaz de ponerse la careta de actor y crear personajes de humor o atmósferas de misterio, como en su charla de “psiquiátrico 52”.
Me gustaría destacar su rutina de cubiletes y sobre todo su calidad humana, indispensable para ser un buen mago.
Solamente añadir, que creo que este premio, Pablo Doménech, (que le pilló totalmente por sorpresa, pues no sabía nada hasta el momento en que nombraron al premiado en la cena), debería replantearse. Me explico; en mi opinión es un premio de suficiente categoría, que el homenajeado debería ser avisado con anterioridad. Si cierto es que se perdería ver la cara de “pasmados” que se les queda a los compañeros, por otro lado, quizás familiares o amigos, que en circunstancias normales no irían a la cena de San Juan Bosco, se plantearían asistir para ver a su amigo o familiar recibir tal reconocimiento. Simplemente es un punto de vista.
No me quiero extender más, solo felicitar nuevamente a mi tocayo.
Felicidades
Un premio que no se ha dado todos los años, aunque llevamos varios años en que afortunadamente se ha podido otorgar; como es el caso de Magnolo, Albert Trullols, Eduard Juanola, Koke. Años atrás se ha dado a otros grandes magos, como Gabi, Tino, Alfredo, Amilkar. Me dejo a unos cuantos otros (disculpar mi mala memoria).
Magos a los que se les reconoce su progresión en la magia, magia de cerca, y su aportación a las clases de los lunes.
Este año como ya he indicado nos toca hablar de Lluís García. Podríamos decir que nunca está seguro de hacer lo adecuado; debido en parte a que no para de pensar en como mejorar, y perfeccionar aquello a realizar o realizado. Cuida en gran medida sus charlas, de verbo fluido, conectando rápidamente con el espectador. De aspecto tranquilo, transmite sosiego y tranquilidad, aunque es capaz de ponerse la careta de actor y crear personajes de humor o atmósferas de misterio, como en su charla de “psiquiátrico 52”.
Me gustaría destacar su rutina de cubiletes y sobre todo su calidad humana, indispensable para ser un buen mago.
Solamente añadir, que creo que este premio, Pablo Doménech, (que le pilló totalmente por sorpresa, pues no sabía nada hasta el momento en que nombraron al premiado en la cena), debería replantearse. Me explico; en mi opinión es un premio de suficiente categoría, que el homenajeado debería ser avisado con anterioridad. Si cierto es que se perdería ver la cara de “pasmados” que se les queda a los compañeros, por otro lado, quizás familiares o amigos, que en circunstancias normales no irían a la cena de San Juan Bosco, se plantearían asistir para ver a su amigo o familiar recibir tal reconocimiento. Simplemente es un punto de vista.
No me quiero extender más, solo felicitar nuevamente a mi tocayo.
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