“Antes
de la llegada de Dadá, dadá ya estaba presente”.
Era la MAGIA, la que ya estaba presente,
aunque la mayoría lo desconocía.
Hace pocos días, el día 2, o quizás el 5 de febrero
de 1916, en Zúrich, Suiza, se creó el movimiento Dadá, o mejor dicho creo el Cabaret
Voltaire, donde una serie de artistas como Hugo Ball, Emmy Hennings, el
dramaturgo Frank Wedeking, Tristán Tzara, Hans Richter, Marcel Janco y Hans Arp
desarrollaron su creatividad. En estas fechas alcanzamos los 100 años de este
magnifico surgir. Eran pintores, poetas, escultores, tipógrafos y fotógrafos,
¿quizás algún mago, sin saber que lo eran?
Artistas exiliados debido a la terrible I
Guerra Mundial, en contra de la violencia.
“El
dadaísmo era principalmente expresión de la actitud con la que la juventud
internacional reaccionó ante la insensatez política y social de la época” [1].
El objetivo común según Hans Arp era: “El dadaísmo pretendía destruir el engaño
de la razón y descubrir un orden irracional”.
“Las veladas del Cabaré Voltaire constituían
verdaderos happenings avant la lettre; mientras unos recitaban poemas
acompañados, en ocasiones, de músicas extrañas interpretadas con tambores;
otros confeccionaban vestidos y danzaban con ritmos endiablados. Hugo Ball
inventó poemas abstractos, fonéticos; como Karawane, que recitó en una sala
abarrotada, subido a una tarima y ataviado ridículamente con un atuendo
“cubista”:
Gadji
beri bimba
Glandridi
lauli lonni cadori
Gadjama
bim beri glassala
Glandridi
glassala tuffm I zimbrabim
Glassa
galassasa tuffin I zimbrabim…” [2]
Hubo Ball comentaba: “Con aquellos poemas fónicos pretendíamos renunciar a una lengua
devastada e impracticable por culpa del periodismo”. Los dadaístas se
habían propuesto precisamente lo contrario: devolver a las palabras su pureza e
inocencia original.
No me quiero alargar mucho más, pues la razón
de este escrito no es hacer un resumen sobre este movimiento, no soy el más
preparado para realizarlo, aunque si recomiendo el estudio de este movimiento
que derivó e influyó en tanta gente.
Me quería centrar en el libro Siete Manifiestos Dadaístas de Tristán
Tzara. En el manifiesto:
Dadá manifiesto
sobre el amor débil y el amor amargo», VIII (1924).
PARA HACER UN POEMA
DADAÍSTA.
Coja un periódico
Coja unas tijeras
Escoja en el
periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema
Recorte el artículo
Recorte en seguida
con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una
bolsa
Agítela suavemente
Ahora saque cada
recorte uno tras otro
Copie
concienzudamente
en el orden en que
hayan salido de la bolsa
El poema se
parecerá a usted
Y es usted un
escritor infinitamente original y de una sensibilidad hechizante, aunque
incomprendido del vulgo.
En este punto retomo las instrucciones PARA HACER UN POEMA DADAÍSTA,
para proponer un efecto de magia:
Sólo tenemos que seguir las instrucciones,
comentando previamente que un ejercicio de ESCRITURA AUTOMÁTICA, has
escrito un breve poema, y que lo guardas como predicción de lo que sucederá a
continuación.
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